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Antonio Martín: “Arrancamos la siembra maíz y a fines o mediados de octubre llegará la de soja"

El Ingeniero Agrónomo, Antonio Martín, en el Programa ‘INTA en la Radio’ y un panorama agroclimático después del período de inestabilidad que nos dejó la primera semana de septiembre y su repercusión en el sector.

En principio, el técnico del INTA Chivilcoy manifestó: “Hubo lluvias generalizadas afortunadamente, en algunas zonas precipitó más y en otras menos pero en la nuestra, en todo el período de inestabilidad que se extendió por 3 o 4 días, acumulamos entre 70 y 90 milímetros, alrededor de 80 el promedio en la ciudad”.

“Ya se despejó la incógnita de la humedad disponible en el suelo para sembrar y de hecho ya están arrancando las siembras de maíz a partir de buena humedad y temperatura”, consignó Martín.

Asimismo, esbozó: “No es el mismo el panorama si nos alejamos de Chivilcoy porque dialogando con colegas de la zona de Salto tuvieron lluvias inferiores que no superaron los 20 o 25 milímetros y vienen todavía con un arrastre de déficit de humedad, dudan de arrancar la siembra y evalúan qué hacer”.

“Tienen la expectativa de un pronóstico de lluvia para el 20, 21 y 22 de septiembre con alguna probabilidad de precipitación aunque con la esperanza que pueda concretarse y de esa forma se decidan a arrancar la siembra de maíz”, mencionó.

Acto seguido, Martín planteó: “Estamos en un año climático que se viene anunciando en relación a una niña o una niña débil – moderada según como los distintos climatólogos la caracterizan pero está confirmado este pronóstico que en algunos lugares impacta más y en otros menos pero de por sí trae aparejada precipitaciones por debajo del promedio”.

“El promedio de septiembre para nuestra zona es de alrededor de 50 o 55 milímetros, ya se acumularon 80 aunque de no llevar más el resto del mes se puede aguantar pero no sería lo ideal”, dijo, y agregó: “sino que antes de fines de septiembre haya algún otro evento de precipitación para acompañar esa humedad que actualmente se encuentra disponible en el suelo y es la que está motivando a arrancar la siembra de maíz sino también para la evolución de los cultivos de invierno”.

“Tuvimos meses con muy bajos registros como junio y julio, luego en agosto llovió un día solo pero llegó a los 38 o 40 milímetros que de por sí marca lo que son estos meses donde las precipitaciones son escasas y de hecho los promedios históricos así lo reflejan porque julio tiene un promedio histórico de alrededor de 35 – 40, agosto también y en septiembre sube un poco a 50”, detalló el ingeniero.

En tal sentido, especificó: “coincidiendo con períodos del año donde la demanda atmosférica, es decir la evaporación y transpiración de las plantas es muy baja porque también es muy baja la radiación solar y con pocos milímetros alcanza para cubrir las necesidades del sistema biológico de la época”.

“A medida que avanzamos en el calendario los requerimientos son otros porque los cultivos pasan de la etapa vegetativa a la reproductiva en el caso de los de invierno ante el cambio de estación y es mayor la demanda de humedad del suelo”, espetó.

“También arrancamos la siembra de cultivo de verano, más precisamente de maíz y a fines o mediados de octubre llegará la de soja, por lo tanto los requerimientos de humedad en el suelo son otros”, puntualizó el técnico.

E indicó: “Asimismo también está todo lo relacionado a la disponibilidad de forraje, los verdeos de invierno, las pasturas que arrancan nuevamente con esta temperatura y humedad con los rebrotes, asimismo el consumo de agua de las plantas es mayor, el ciclo biológico que todos los años se repite”.

“El viento ayuda a diseminar algunos problemas en relación a enfermedades de los cultivos de invierno como roya y por lo tanto, los productores deben recorrer los lotes para detectar la presencia”, subrayó, y añadió: “Uno de los factores que incide para que la roya se multiplique, además de las temperaturas y rocío es el factor viento provocando que las esporas que es un hongo se trasladen varios kilómetros y puedan estar infectando los cultivos”.

“Por otro lado, de acuerdo al contenido de humedad en el ambiente el viento puede secar en algún caso o humedecer en otro. Puede ser un factor de enfriamiento que percibimos en relación a la sensación térmica”, culminó.




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